Estimados lectores,
Dejando el mes de mayo atrás, espero que todos tengan un buen comienzo de junio.
Para comenzar este nuevo mes, me gustaría profundizar sobre algunas ideas que pude conversar con clientes y amigos y que también me gustaría compartir con ustedes.
Mucho ha acontecido en este tiempo y en especial en este último mes donde hemos estado expectantes a las “perillas” del gobierno y su apertura gradual a la nueva normalidad.
En cada paso que se da, aparece la ansiedad de saber qué va a suceder a continuación. Sin embargo, hace poco escuché que Uruguay es noticia en el mundo por cómo hemos reaccionado frente a la pandemia, desde las acciones del gobierno hasta la conducta responsable de nuestra gente. Y si bien estamos lejos de ser inmunes al virus y sabemos que hay otros factores de riesgo latentes, muchos estamos visualizando un escenario más positivo en el mediano plazo.
Comenzaré con dos grandes ideas sobre el futuro:
Estas dos ideas se sustentan sobre los siguientes factores:
1) El mercado inmobiliario y de la construcción ha sido golpeado fuertemente en los últimos años y el pasado reciente fue más una bofetada que una mano salvadora.
Sin embargo, en las últimas 4 semanas, en consecuencia de la reactivación paulatina de la economía, se ha observado un aumento significativo en la actividad de pendientes, nuevas reservas y firmas de contratos.
2) La pandemia es un evento sistémico que afectó a todos los mercados. En el caso del mercado inmobiliario provocó que se congelaran todas las transacciones, mientras aumentaba la incertidumbre y crecía una sensación de que se podía especular con los precios. No obstante, el mercado ha sido muy poco sensible a los cambios de precio en estos meses, manteniendo su rentabilidad casi intacta.
El sector está dando muestras de solidez y a medida que los niveles de confianza mejoren, la recuperación del mismo pareciera estar cerca.
3) De la mano de lo anterior, a nivel de inversión, el riesgo es bajo en comparación con otros instrumentos financieros. Pertenece a la economía real y se considera un activo seguro. Es por eso que hoy es elegido por los inversores por encima de otros activos.
4) Muchos de los que estamos en este mercado hemos tomado este tiempo para reflexionar, hacer cambios, mejorar o adaptarnos a estos nuevos tiempos. Pensando siempre en nuestros clientes y con el fin de brindar un mejor servicio cada día.
En ese sentido, nos alegra ver a muchos de los colegas que también tomaron estos meses para analizar sus empresas y realizar cambios necesarios. Por lo que no todo fue negativo… creemos fehacientemente que estas modificaciones van a impactar en toda la cadena de venta: mejorando procesos, dando soluciones más eficientes y logrando una mayor transparencia en el mercado. Impacto que apoyará a las operaciones y a la industria en general.
5) En el artículo de los cambios efectuados en la Ley de Vivienda Promovida (el cual recomiendo leer) ahondé sobre el posible efecto que tendrá en los próximos años. Algunos de ellos ya los estamos viendo con la liberación de unidades en proyectos y la buena reacción del mercado.
El contexto actual fue un catalizador para que estos cambios ocurrieran y como también sucedieron en los proyectos de gran porte, sirvieron para darle un empujón a la actividad. En este marco, han mejorado los ánimos y se está apostando dinamizar al sector lo que podría cambiar su tendencia en los próximos años.
6) En otras partes del mundo, la demanda por inmuebles ha crecido exponencialmente a medida que se fueron liberando las medidas de confinamiento.
La tendencia muestra que las personas buscan mejorar sus espacios: mayor tamaño, espacios con aire libre, orientación correcta, luminosidad suficiente. Estar tanto tiempo adentro de sus casas, generó cambios en la forma percibir su hogar.
7) También es verdad que factores del ámbito económico se han agudizado: aumento del déficit fiscal, mayor deuda y en moneda extranjera, crecimiento esperado de la inflación y de la tasa de desempleo. Además, el FMI proyecta para Uruguay una contracción del 2% para 2020.
Pero la otra cara es que Uruguay estaba muy bien preparado para un evento de estas características, con buena salud financiera para sobrepasar estos escenarios de tensión, ingreso per cápita y desarrollo social fuertes, una extraordinaria estabilidad política, volatilidad macroeconómica baja a pesar de la inestabilidad en las economías vecinas, bajos vencimientos de la deuda pública a corto plazo y un stock de deuda a largo plazo que reflejan prácticas prudentes de gestión de la deuda. Por otro lado, el índice de liquidez se encuentra entre los más altos de la categoría de grado inversor (BBB) y para 2021 el FMI proyecta un crecimiento del 3%, si se mantiene esta tendencia de apertura y bajos casos del virus.
8) Finalmente, la demanda de los compradores podría crecer si los bancos mantienen o bajan las tasas para las hipotecas. También es posible que nuestros vecinos argentinos (quienes aprecian la estabilidad de nuestro mercado) regresen con mayor ímpetu en el segundo semestre de este año.
Esta visión está acompañada por mi optimismo sobre el futuro y es potenciada por el optimismo de nuestros asesores y por lo que construimos juntos día a día.
Desde Justo Acá Propiedades e Inversiones, estamos a las órdenes para profundizar en estas ideas e intercambiar opiniones.
¡Espero que tengan una buena semana y a seguir empujando!
Diego Carricaburu
Director de Operaciones